El design thinking

Poner el foco en el usuario permite a las empresas idear servicios y productos que se adapten a sus necesidades cambiantes.

El design thinking se traduce como pensamiento de diseño y trata de poner al cliente en el centro, lo que se conoce en el marketing como customer centric, y exige la empatía como el principal activo de esta estrategia para idear nuevos productos y servicios.

Algo que parece tan evidente y tan sensato, como responder las exigencias de los consumidores no ha sido siempre el objetivo de las empresas. Las compañías se han enfocado en mejorar las características técnicas y la rentabilidad de los productos en vez de estudiar en profundidad las necesidades del usuario.

Los ingenieros y científicos se han centrado en añadir prestaciones a los productos o en hacerlos mas rápidos y atractivos, lo que no siempre responde a las exigencias de los consumidores. «El consumidor terminaba por adquirir el producto que más había invertido en marketing porque estaba por todas partes.» Hoy el usuario busca por la red y compara, por eso, la gran diferencia está en el valor que se puede añadir a un producto o a un servicio. «Si las compañías no son capaces de producir lo que los consumidores desean, no venderán.»

Para aplicar el design thinking tenemos que tener claro los 5 pasos que se tienen que aplicar:

  1. Investigación: identificar los problemas y necesidades de los usuarios, es decir, definir a nuestros clientes.
  2. Definición: concretar las necesidades que se quieren satisfacer en el usuario.
  3. Ideación: el momento de generar soluciones con la creatividad y seleccionar las ideas mas relevantes.
  4. Prototipo: materializar las ideas de una forma rápida y económica.
  5. Validación: se prueba el prototipo con los usuarios a través de métodos como entrevistas o focus group para validar la propuesta

INNOVAR TAMBIÉN EN EL FUNCIONAMIENTO DE LA EMPRESA

A mas de para poder satisfacer las necesidades de los clientes, el design thinking resulta también muy útil para mejorar procesos dentro de las empresas, por ejemplo, para conseguir que las reuniones de trabajo sean mas eficientes. Se puede empezar por volcar lo que cada trabajador siente y percibe en las reuniones, después identificar los problemas y proponer soluciones.

Y así es como se podría aplicar el «design thinking» a cualquier negocio.

Fuente: El País

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