Nueva tendencia: Piscinas naturales españolas

Las piscinas naturales forman un recurso único en el que no ha intervenido el humano nada más que para crear un acceso seguro.

Estas zonas de baño son estanques en los que penetra el agua del mar, de un manantial o por el que fluye un río.

Son toda una tendencia este verano, por su belleza natural y la tranquilidad que aportan, además de los varios beneficios que aportan a la piel las aguas naturales.

En la comarca de la Garrotxa, en Girona, se encuentra la poza refrescante del Gorg blau de Sant Aniol, todo un atractivo para los turistas que adoran el senderismo.

En la isla de Tenerife, se ubica el Caletón una piscina natural ubicada en el término de Garachico.  Las formas de esta peculiar piscina frente al Océano no corresponden a ningún famoso arquitectura, sino al azar de la lava solidificada en 1706, cuando entró en erupción el volcán de Trevejo.

En Cuenca, en el término de Enguídanos, esta situado un lugar conocido como Chorreras del Cabriel, en el curso del río Cabriel. Este paraje se ha definido como «un caos de saltos y cascadas, cuevas laterales y pozas de color esmeralda al pie de espumeantes rabiones salvajes».

Les Fonts de l’Algar están en Alicante, a 15 km de Benidorm y a 3 km de Callosa d’en Sarrià. En el año 2002 se declaró zona húmeda protegida. El único inconveniente es la sobresaturación de visitantes; No obstante es indudable su conservación.

El río Arenal es el protagonista de una de las mejores zonas de baño de Ávila, en Arenas de San Pedro. Los humanos no son los únicos: aquí las truchas comparten espacio y chapoteo.

El Pozo Pígalo es una de las zonas de baño más conocidas de Aragón. Está en Luesia, un municipio de la comarca de las Cinco Villas, en Zaragoza. Se estima que unas 3.000 personas llegan cada verano a bañarse en las aguas del Pozo Pígalo.

En la breve isla de El Hierro, en El Golfo (municipio de La Frontera), frente al Océano se han dispuesto dos pequeñas piscinas naturales: cuevas a las que se accede caminando algo más de 15 minutos. Una de ellas es el Charco Azul.

Fuente: Escapada Rural

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