No hace mucho tiempo, y antes del inicio de la crisis sanitaria provocada por el Coronavirus, existía un top ten de aparatos de última generación que se inmiscuyeron en nuestras vidas progresivamente, como son los altavoces inteligentes, o los televisores con efectos entre otros, y que tras la crisis se han visto obligados a convivir con otro tipo de tecnologías útiles que hasta entonces pasaban más desapercibidas y que actualmente se han convertido en parte importante de nuestras vidas.
Un claro ejemplo son las aplicaciones de pago electrónico, que se usaba en menor medida en detrimento de las tarjetas de crédito y el dinero en metálico, que con la pandemia vieron disminuida su actividad proliferando los pagos por ejemplo con teléfono móvil sin necesidad de tomar contacto dactilar alguno.
Por otra parte, algunos objetos digitales que conviven en la actualidad con el mundo físico, fueron durante años más pensados para utilizar a largo plazo y ahora le prestamos más atención. Un ejemplo de esto sería una presentación digital que nos proporcionan en un establecimiento, ahora nos resulta más llamativo el hecho de poder contemplar los efectos de la misma, como puede ser probarse unas gafas de manera virtual, o algún tipo de maquillaje. Digamos para entenderlo, sería una forma similar al uso de la aplicación Snapchat.
También, otro uso digital generalizado a raíz de la pandemia, es la importancia que le damos a las videollamadas desde el inicio de la crisis en lugar de utilizar el teléfono de manera convencional para relacionarnos con familiares y amigos.
Otro ejemplo de cambio y de avance tecnológico es poder utilizar un chat en línea de manera que se interactúe entre el comprador y el vendedor, sin llegar a utilizar un chatboot, en lo que se viene a denominar realidad aumentada, o lo que es lo mismo, cómo ayudar a la gente a comprar en línea.
Dado que la tecnología sigue mejorando a pasos agigantados, hay incluso aplicaciones que nos permiten colocar objetos o diseñar espacios físicos con tecnología virtual. Muchas empresas comienzan a utilizar este formato con la consiguiente inversión en publicidad según las expectativas de los expertos del sector.
Para aspectos vinculados a la mejora de la tecnología del hogar, hacemos referencia al sistema wifi, que se vio afectado durante la pandemia influyendo en el tema de la velocidad del mismo ante la avalancha de usuarios, lo que provocó que hubiera una circulación en principio más lenta, que mejoró con el paso de los meses, pasando de utilizar el sistema inalámbrico, a tener una eficiencia importante de banda ancha pensando en la cantidad de dispositivos que se pueden conectar al wifi pasando por relojes hasta termostatos todos ellos conectados simultáneamente.
Gracias también a la tecnología hemos conseguido virtualizar el trabajo por un lado, tanto como el autocuidado. Es decir, que lo mismo podemos tener una reunión virtual, asistir a una conferencia, o practicar deporte con aplicaciones virtuales que nos permiten mantenernos en forma.
Todos estos avances no significan que hayan llegado para quedarse, ya que también hay que tener en cuenta los hábitos de los consumidores, o los nuevos cambios tecnológicos que se puedan producir.
Fuente : New York Times