La ruta 66 con casi 100 años de historia y 4000 quilómetros de longitud, se ha convertido en uno de los destinos más visitados del mundo.
Recorrer esta histórica ruta desde la Costa Este de Estados Unidos hasta la Costa Oeste es todo un viaje en el tiempo.
La Calle Principal de América (The Main Street of America) se construyó en noviembre de 1926, hacía un recorrido total de 3939 kilómetros.
La Ruta 66, empieza en Chicago en la confluencia entre Jackson Boulevard y Michigan Avenue, y termina en el muelle de Santa Mónica donde hay un cartel que lo confirma.
La primera cifra asignada por su creador Cyrus Avery fue el 62, ya que quería identificarla con un número redondo, fácil de recordar y que no estuviera asignada a una carretera estatal, pero finalmente se bautizó con el número 66.
La Ruta 66 fue la primera carretera asfaltada de Estados Unidos. Eso sí, necesitó doce años para ser pavimentada por completo.
En los años 50 se forjó el mito que ha perdurado en el tiempo, con sus moteles en mitad del desierto, gasolineras desvencijadas, cafés envueltos en neones y los símbolos de la Ruta 66.
Hay que dormir de motel en motel para no perderse nada de la esencia de esta magnífica y mítica carretera.
Dos de los más emblemáticos son el histórico The Blue Swallow Motel y el Rancho Hotel.
Varios museos explican la historia de la ruta a lo largo de los pueblos y ciudades que cruza.
Asimismo, recogen la historia del transporte previo a la autopista, la movilización de soldados y equipos para la Segunda Guerra Mundial o una recolección de los coches clásicos de esa época.
En reconocimiento a la importancia de la Ruta 66 para el patrimonio estadounidense, en 1999 el Congreso aprobó una ley para crear el Programa de Preservación del Corredor de la Ruta 66.
Fuente: National Geographic