La sostenibilidad en el turismo es un modelo de gestión alcanzable cuando se fusionan tres elementos clave el medioambiente, la sociocultura y la económica.
Debemos concienciarnos y reducir las malas prácticas que afectan negativamente a la conservación de la biodiversidad del destino, así como sus costumbres, tradiciones y estilo de vida de las comunidades locales.
Además, no es ningún secreto que algunas grandes empresas de la industria del turismo, tanto directa como indirectamente influyen en la contaminación del destino, y es por ello, que hay que cambiar el rumbo e influir positivamente en los demás, demostrando un cambio notable.
El surf es toda una filosofía de vida que conlleva un respeto absoluto por el cuidado de la naturaleza y por el equilibrio de los ecosistemas marinos y costeros.
No es sólo un deporte, sino que es una motivación para viajar, porque mueve miles de desplazamientos a lo largo y ancho del planeta para probar las mejores olas de los cinco continentes.
Es por ello, que muchos destinos están apostando por el turismo de surf como segmento prioritario.
La apuesta del surf como un deporte o una forma de turismo que conlleva unos principios éticos y conservacionistas lo demuestra el hecho de que haya redes mundiales como Surfrider Foundation, que agrupa asociaciones regionales y representaciones locales en todos los continentes.
El movimiento surgió en Malibú (California) en la década de los 80, cuando los surfistas decidieron proteger su entorno de la polución local.
Surfrider Foundation Europe es una asociación sin ánimo de lucro unida al movimiento y dirigida a la defensa, salvaguarda, valorización y gestión sostenible del mar, del litoral, de las olas y de la población que las disfruta.
Fuente: Ecotumismo