Sostenibilidad ante los viajes de larga distancia
En este nuevo blog trataremos un tema muy importante como es la sostenibilidad, ya que es uno de los mayores emisores de CO2.
Según la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA), el sector de la aviación es responsable de alrededor del 2% de las emisiones mundiales de CO2.
Pero, si se consideran únicamente las emisiones de CO2 del sector turístico, la aviación representa el 55% de ese 2% total, y los vuelos para viajes de larga distancia representan el 19% de ese 55%, según un reciente informe publicado por The Travel Foundation.
Gastos de viajes de larga distancia y su impacto en el medio ambiente.
Los viajes de larga distancia son esenciales para la industria del turismo, y los datos respaldan el hecho de que son más ventajosos e incluso sostenibles que los viajes más cortos, incluso cuando se toman en consideración las alternativas de combustible.
Según un estudio, los estadounidenses han visitado la ciudad en promedio durante 11 días, un 189 por ciento más que los 3,8 días que pasan los europeos. La cantidad promedio que gastan los visitantes estadounidenses mientras están allí también es un 70% más alta que la de los turistas europeos tradicionales.
Esto indica una mejor armonía entre el valor agregado a la economía anfitriona y la huella de carbono creada por los viajes de los turistas estadounidenses.
Los visitantes de los EE.UU. todavía necesitarían gastar tres veces más para igualar la relación promedio de Barcelona entre ingresos y huella de carbono.
Según la metodología de la OACI, un visitante estadounidense en Barcelona tendría que quedarse 21 días más para igualar la huella de CO2 diaria promedio de los mercados europeos allí. Reducir las emisiones de vuelo por km es, sin duda, la mejor manera de aumentar la eficiencia.
SAF, Combustible con sostenibilidad de aviación
SAF, o «Combustible de aviación sostenible», se refiere a una variedad de combustibles utilizados en aviones a reacción que deben cumplir con estrictos estándares sociales, económicos y ambientales para disminuir el impacto de la aviación en el medio ambiente.
Un combustible debe reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero entre un 50 y un 60 por ciento para calificar como SAF, y sus materias primas deben provenir de la tierra y producirse utilizando métodos que no dañen la diversidad.
Aunque el SAF parece ser la respuesta al segundo problema, es significativamente más caro que el combustible convencional y su producción actual es insuficiente para satisfacer toda la demanda.
Sin embargo, se prevé que en el futuro su producción pueda aumentar. lo que redundaría en una reducción de sus costes.
Fuente principal: tecnohotel