Cada vez más profesionales convierten la playa, la cafetería del hotel o la terraza de su apartamento en su oficina durante el verano. Las vacaciones entendidas como un periodo de desconexión absoluta ya son cosa del pasado.
Ahora, lo más común es irse de trabacaciones, es decir, combinar los momentos de descanso con la resolución de asuntos de trabajo más o menos urgentes.
Las nuevas fórmulas de empleo han cambiado las relaciones de las empresas con sus empleados y proponen métodos más flexibles para que cada uno gestione su propio tiempo.
No obstante, hay que superar una serie de retos para que este sistema tenga un impacto positivo en las empresas y en los profesionales.
Los empleos de ahora implican un desgaste más intelectual y no es necesario estar un mes de vacaciones para cargar las pilas.
En este tipo de trabajos muchas veces es mejor contar con periodos de descanso breves, pero que sean más frecuentes.
También existe esta posibilidad de combinar el trabajo con las vacaciones. Son fórmulas más flexibles, que además permiten al profesional estar al día de lo que sucede en su empresa.
La opción de las trabacaciones es más común entre los trabajadores independientes que operan por proyectos.
Sin embargo, la digitalización ha hecho que algunas empresas empiecen a recurrir a estos modelos casi sin darse cuenta.
Ahora comunicarse y trabajar en remoto no implica grandes complicaciones.
La fuente: Expansión