Ante un problema de consumo, las hojas de reclamación son el primer paso para llegar a una solución; Pero es importante saber sobre ellas más específicamente.
Las hojas de reclamaciones sirven para que la Administración de Consumo conozca el caso e investigue a la empresa denunciada, para que ésta llegue a un acuerdo contigo o para que la empresa sea sancionada en caso de incumplimiento de una obligación.
A veces, con tan solo la amenaza de poner una hoja de reclamaciones es suficiente para que la empresa dé su brazo a torcer o proponga un acuerdo aceptable.
Las empresas no quieren tener muchos expedientes abiertos. Al usar la hoja, favoreces que mejoren su trato al cliente.
Si la empresa no hace caso y más adelante hay arbitraje o juicio, haber puesto la hoja de reclamaciones será una prueba de que intentaste buscar una solución.
También cabe destacar que no hay nada que garantice que utilizándolas se obtenga una compensación, si han causado un perjuicio económico y lo que quieres es que te lo paguen.
No es necesario ni obligatorio emplear la hoja de reclamaciones para reclamar.
Se puede reclamar ante las autoridades de consumo usando un escrito diferente que diga lo mismo y dé los mismos datos que la hoja.
Cabe destacar que en algunos ámbitos del consumo hay que dirigirse al servicio de atención al cliente de la propia empresa.
Si este no responde en un mes o responde, pero no da una solución satisfactoria, entonces habrá que dirigirse a su órgano de resolución de conflictos específico y emplear el procedimiento que ellos proponen.
En el caso de que se trate de un comercio o un prestador de servicio que no tiene canal específico de reclamación, hay que pedir en ese caso directamente la hoja de reclamaciones.
Fuente: OCU