El ambiente laboral es una extensión directa del bienestar de los empleados. La calidad condicionará los sentimientos de pertenencia y responsabilidad de cada uno de los trabajadores.
No solo se trata del espacio físico y sus condiciones de calidad y comodidad, también del aire que respiran los propios empleados, es decir, la atmósfera del espacio de trabajo.
La calidad del ambiente laboral se ve reflejada en los resultados de la empresa. De este modo, una atmósfera positiva contará con un rendimiento alto, una baja tasa de rotación y mayor productividad, entre otros aspectos.
De lo contrario, un ambiente negativo atrae a un malestar colectivo que afecta tanto a los trabajadores como a su organización.
Los factores que afectan al ambiente laboral, varían según su origen, pueden ser internos o externos, estructurales, sociales, personales y organizativos.
Los factores estructurales dependen directamente del tamaño de la organización y de su estructura oficial. Por lo tanto, cambiará según el número de departamentos y de la organización jerárquica de la empresa.
Los factores sociales dependerán de las relaciones entre compañeros. Por lo tanto, se ven condicionados por los posibles conflictos que aparezcan y el nivel de comunicación en general.
Los factores personales van condicionados por el comportamiento del trabajador. Este variará según su motivación y situación personal.
Los factores organizativos dependerán de las características de la empresa. Así, variarán según el nivel de productividad y los antecedentes que tenga en absentismo y rotación, y en su manera de producir.
Así pues, cuidar el bienestar de los empleados no significa únicamente evitar accidentes, también implica prevenir malestares por sobrecarga de trabajo, mala organización, mal comportamiento por parte de los superiores hacia los trabajadores.
Fuente: Factorial Blog