En Cantabria, existe un lugar que parece sacado de un cuento de hadas: el túnel de Laredo, conocido popularmente como «el túnel mágico». Este pasadizo no es un túnel cualquiera; atraviesa una montaña, conecta el casco urbano con el mar y sorprende con un inesperado guiño marino: un pequeño acuario en su interior.
El túnel de Laredo fue construido en 1863 con la finalidad de permitir la construcción y posterior acceso del Muelle de la Soledad al otro lado de la montaña de La Atalaya. Durante décadas, fue un simple atajo oscuro, pero en los últimos años ha sido rehabilitado y transformado en una atracción turística única. Ahora es accesible, iluminado y con un gran valor educativo y turístico.
Uno de los mayores atractivos del túnel es su acuario de agua salada. A lo largo del recorrido, los visitantes pueden admirar diversas especies marinas, desde mantas rayas hasta tiburones y medusas. Las paredes y el techo del túnel están decorados con murales que recrean el fondo del mar, haciendo que te sientas como si estuvieras caminando bajo el agua.
El túnel comienza en el casco antiguo de Laredo, conocido como la Puebla Vieja, y termina en la playa de La Soledad. Este trayecto es especialmente popular entre las familias y los niños, quienes disfrutan de la magia y el encanto del lugar.
Explorar el túnel de Laredo es una experiencia que combina historia, naturaleza y arte. Es una oportunidad perfecta para descubrir la belleza de Cantabria y sumergirse en un mundo marino sin igual.
Fuente principal: msn