Cordes-sur-Ciel, ubicado en la región de Occitania, es uno de los pueblos más encantadores del sur de Francia. Fundado en 1222 por el conde Raimundo VII de Tolosa, este pueblo medieval fue concebido como un refugio para los cátaros perseguidos durante la cruzada albigense.
El nombre «sur Ciel» (sobre el cielo) fue añadido oficialmente en 1993, evocando su apariencia de flotar sobre un mar de nubes al amanecer . Este espectáculo único es especialmente visible en otoño, cuando la bruma rodea la colina escarpada sobre la que se asienta el pueblo.
Cordes-sur-Ciel es famoso por sus callejuelas empedradas y fachadas góticas, que cuentan historias de artesanos y comerciantes que lo transformaron en un importante centro económico en la Edad Media . Durante la Segunda Guerra Mundial, su encanto resurgió gracias a artistas como Yves Brayer, quienes lo redescubrieron y contribuyeron a que el pueblo recobrara su vitalidad.
Reconocido como «el pueblo más bonito de Francia» en 2014 por los espectadores de France 2, Cordes-sur-Ciel es un destino imprescindible para quienes buscan sumergirse en la historia y el arte . Pasear por este rincón medieval es como viajar en el tiempo, donde cada rincón parece salido de un cuento.
Desde sus murallas hasta su plaza del mercado, Cordes-sur-Ciel invita a perderse entre sus callejuelas y descubrir su riqueza cultural y arquitectónica . La Plaza del Mercado y el pozo de 113 metros de profundidad son el corazón del pueblo, donde se entrelazan historias de resistencia y comercio.
Visitar Cordes-sur-Ciel es una experiencia que combina belleza y historia, haciendo que incluso el arrepentimiento sea bello en este pueblo fortificado.
Fuente principal: msn