La biometría, también conocida como reconocimiento biométrico, es la identificación automática de los individuos en función de sus características biológicas y de su comportamiento.
Se basa en el reconocimiento de una característica física e intransferible de las personas.
Según la normativa ISO/IEC TR 24741:2018, las tecnologías más frecuentes en biometría son:
Huella dactilar, reconocimiento facial, geometría de manos, reconocimiento de voz y de iris, entre otras.
El principal uso de la biometría es la autenticación del usuario para probar su intervención en cualquier proceso o para tener acceso a determinada información o servicio.
La autenticación digital es el proceso por el cual se confirma que una persona es quien dice ser, mediante vías electrónicas.
La firma biométrica añade evidencias físicas e irrefutables para crear una firma digital válida en todos los aspectos.
Mediante este recurso, se registran diversos factores biométricos que identifican al firmante.
Este tipo de firmas se realizan en diferentes dispositivos electrónicos, desde ordenadores, hasta dispositivos móviles y tabletas especializadas.
Su uso se extiende a varios escenarios, tanto presenciales, como remotos.
Se pueden aportar evidencias biométricas en la firma de un documento de cualquier tipo o en la recepción de un paquete o mercancía, entre otras múltiples situaciones.
El uso de la biometría va íntimamente ligado al de los dispositivos móviles.
En gran parte, esto se debe a que incorporan sistemas que permiten la recogida de datos biométricos.
Las principales herramientas que están marcando las tendencias de la biometría:
- Huella dactilar.
- Escaneo de iris.
- Identificación facial mediante imagen o vídeo.
- Locución o reconocimiento de voz.
- Firma biométrica manuscrita.
Fuente: Via Firma