Pocos símbolos son tan reconocibles en el paisaje español como el Toro de Osborne. Esta silueta negra, majestuosa y solitaria, se alza en colinas y márgenes de carreteras, convirtiéndose en un ícono cultural que trasciende su origen publicitario.
Creado en 1956 por encargo de la empresa de brandy Osborne, el toro fue diseñado por Manuel Prieto con el objetivo de promocionar el brandy “Veterano”. Sin embargo, con el paso del tiempo, el toro dejó de ser solo un anuncio para convertirse en un símbolo nacional.
En los años 90, una ley prohibió la publicidad en las carreteras, y se ordenó retirar los toros. Pero la reacción popular fue tan fuerte que muchos se conservaron, alegando su valor cultural y artístico. Hoy, más de 90 toros siguen en pie, repartidos por toda España.
Con sus 14 metros de altura y estructura metálica, el Toro de Osborne representa mucho más que una marca: es una figura de identidad, orgullo y tradición. Ha sido objeto de arte, protesta, homenaje y hasta reinterpretaciones en otros países.
Desde Andalucía hasta Galicia, el toro vigila silencioso el horizonte, recordándonos que a veces, la publicidad puede convertirse en patrimonio.
Fuente principal: wikipedia