La Ley de Murphy es una de esas frases que todos hemos escuchado alguna vez: “Si algo puede salir mal, saldrá mal.” Aunque suene pesimista, esta ley se ha convertido en una forma popular de explicar esos momentos en los que todo parece ir en contra de nosotros.
Su origen se remonta a la década de 1940, en pruebas de seguridad de la Fuerza Aérea de EE. UU., cuando el ingeniero Edward A. Murphy pronunció la famosa frase tras un fallo técnico. Desde entonces, se ha convertido en una especie de ley no escrita del caos cotidiano.
Lo interesante es que la Ley de Murphy no es solo una broma. En realidad, nos recuerda la importancia de prever errores, planificar con cuidado y tener siempre un plan B. En ingeniería, por ejemplo, se usa como principio para diseñar sistemas más seguros y resistentes.
Además, esta ley tiene muchas “variantes” divertidas:
- Ley de la tostada: siempre cae del lado de la mantequilla.
- Ley del tráfico: el otro carril siempre avanza más rápido.
- Ley del olvido: recordarás lo que olvidaste justo cuando ya no puedes volver por ello.
Aunque parezca negativa, la Ley de Murphy también puede tener un lado positivo: nos invita a ser más precavidos, realistas y resilientes. Porque si algo puede salir mal… ¡también podemos estar preparados para solucionarlo!
Fuente principal: wikipedia